Un joven estudiante determinado ha hecho un emocionante nuevo descubrimiento después de haberse embarcado en una agotadora caminata de 11.26 Km (7 millas) en los adentros salvajes del Parque Nacional de Yellowstone el pasado agosto.

A diferencia de cientos de turistas que caminan para admirar los icónicos geísers y aguas termales cada año, Abdelrhman Mohamed viajó con un grupo de científicos para encontrar vida dentro de estos puntos turísticos.

Después de varias horas de escalar a través de caminos escénicos y aislados del área de la cuenca del Geíser del Lago Corazón (Heart Lake Geyser Basin area), el equipo encontró cuatro inmaculadas fuentes de agua caliente. Cuidadosamente dejaron unos cuantos electrodos insertados en el borde del agua, esperando engatusar a las pequeñas criaturas que se conoce se esconden allí, bacterias que pueden comer y respirar electricidad.

Después de 32 días, el equipo retornó al lugar de aguas termales para recolectar los electrodos que habían sumergido, trabajando bajo la supervisión de sus compañeros investigadores, Mohamed analizó los electrodos y encontró que habían logrado capturar exitosamente a sus presas: bacterias amantes del calor que “respiran” electricidad a través de su superficie de electrones de carbón.

El equipo de la Universidad de Washington State, en colaboración con sus colegas de la Universidad Montana State, publicaron su investigación en el Journal of Power Sources detallando las multiples comunidades de bacterias encontradas.

“Esta fue la primera vez en la que bacterias como estas han sido recolectadas in situ en un ambiente extremo como una agua termal alcalina,” dijo Mohamed, añadiendo que la temperatura de las aguas termales varía entre 37.7- 93.3 °C (100-200 ° F).

Estas pequeñas criaturas no son usualmente de interés de la academia; mas puede que tengan la clave para resolver algunos de los desafíos más grandes que está enfrentando la humanidad.

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Como una forma de combatir la contaminación ambiental y crear una fuente más sostenible de energía, dichas bacterias pueden “comer” la contaminación al transformar contaminantes tóxicos en sustancias menos dañinas y generar electricidad en el proceso.

“Estas bacterias al pasar sus electrones en metales u otras superficies sólidas, pueden producir una corriente eléctrica, que puede ser usada para aplicaciones de bajo consumo, ” dijo Haluk Beyenal, distinguido PhD de ingeniería química y bioingeniería que ayudó a supervisar la investigación.

La mayoría de organismos vivos – incluyendo los humanos- usan electrones, que son partículas diminutas cargadas de energía-negativa, en una cadena compleja de reacciones para energizar sus cuerpos. cada organismo necesita una fuente de electrones y un lugar para dejar a sus electrones para vivir. Mientras que los humanos obtenemos nuestros electrones del azúcar en la alimentación al pasarla por oxígeno en nuestros pulmones al respirar, varios tipos de bacteria dejan sus electrones en minerales o metales, al usar cables protuberantes similares al cabello.

Para recolectar bacteria en un medioambiente tan extremo por 32 días, Mohamed inventó un potensiostato portable barato, que es un dispositivo electrónico que puede controlar los electrones que están sumergidos en las aguas termales por largos periodos de tiempo.

“Las condiciones naturales encontradas en las características geotermales como las aguas termales son difíciles de replicar en un laboratorio,” dijo Beyenal. “Así que, desarrollamos una nueva estrategia para alcanzar a estas bacterias amantes del calor en un medioambiente natural.”

Aunque los investigadores no dieron detalles exactos de cómo seguirán trabajando con estas bacterias, idealmente llevará a desarrollar una nueva herramienta para combatir el cambio climático y la contaminación en un futuro cercano.

(Fuente: Washington State University)

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