Actualmente, las empresas fabricantes de cosméticos no tienen la obligación legal en Estados Unidos de reportar los problemas de salud generados por sus productos, varios de los cuales contienen ingredientes que se sabe son tóxicos- y no necesitan probar la seguridad de sus productos antes de venderlos.
Los reguladores gubernamentales nunca han evaluado la seguridad de ningún producto en las estanterías de las tiendas y, como resultado, los consumidores Norteamericanos están ingiriendo ingredientes potencialmente dañinos a través de la piel sin saberlo- ingredientes como Metilparabeno, isobutano y ftalatos en perfumes y lociones, componentes que alteran las hormonas.
¿Usas shampoo marca Suave o Pantene; sabes que ingredientes hay en los productos de Dove, aceite de Olay, Aveeno, Lubriderm o Neutrogena?
Innumerables productos contienen ingredientes preocupantes e inseguros, y una coalición de las gigantes industrias y Senadores del Congreso en Estados Unidos están convencidos de finalmente tomar acción.
El pasado Septiembre, una coalición de compañías dedicadas a productos personales más seguros y naturales con sede en Washington, D.C. decidió dar su soporte al nuevo proyecto de ley bipartista, el Acta de Seguridad de Productos para el Cuidado Personal (S. 1113), fomentada por la Senadora Demócrata Dianne Feinstein y la Senadora Republicana Susan Collins. Este proyecto de ley exige a estas industrias que sean más cuidadosas ante el uso de dichos ingredientes.
Compañías de cosméticos influyentes como L’Oreal, Revlon, Proctor & Gamble, Johnson & Johnson, Unilever, y Estee Lauder han confirmado su apoyo a este proyecto de ley, el cuál ha atraído a 15 co-auspiciantes al Congreso.
El último mes, la hija mayor de los Kardashian, Kourtney, viajó a D.C. to para presionar a favor de la reforma y decirle al Congreso que “hagan su trabajo”.
“Aún al ir a la tienda a comprar cualquier cosa… no deberías ir sin rumbo preguntando, ‘¿esto está bien?’, dijo Kardashian durante una breve entrevista con el Representante de New Jersey Rep. Frank Pallone Jr. “Todos deben tener derecho a productos saludables.”
A diferencia de Europa y Canadá , las leyes en Estados Unidos que gobiernan las industrias de belleza de $62 billones en Norteamérica que tienen ocho décadas de antigüedad y sin requisitos de divulgación o pruebas adecuadas. Mientras que, cerca de 1,400 ingredientes están vedados de los productos de cuidado personal en Europa, los Estados Unidos ha eliminado apenas 30. La ley e Feinstein-Collins requerirá que la FDA investigue la seguridad de 5 contaminantes cosméticos al año, además de solicitar a los productores que describan todos los ingredientes, reporten incidentes que afecten a la salud, y otorguen autoridad a la FDA para que solicite devoluciones de los productos peligrosos.
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En un reciente estudio, el nivel de químicos con potencial perjudicial para las hormonas en los cuerpos de mujeres adolescentes disminuyeron drásticamente en tres días después de dejar de usar ciertos productos cosméticos, shampoos y jabones que contienen metilparabeno y ftalatos, de acuerdo con Kim Harley, PhD, investigadora en el Centro de Investigación Medioambiental y Salud Infantil en la Universidad de California- Berkeley.
Harley, epidemióloga reproductiva y perinatal, y su equipo del Laboratorio de Salud Medioambiental del Departamento de Salud Pública en California, han reclutado voluntarios, de los cuales 100 son adolescentes Latinas entre 14 y 18 años, quienes empezarán a usar productos más seguros. Ellas se comprometieron a dejar de usar los productos de belleza que utilizan regularmente, por tres días y únicamente usar los productos libres de los ingredientes que se sospecha poseen alteradores endocrinos.
Después de tres días, se realizó una prueba de orina en éstas adolescentes la cuál mostró una disminución significativa en las concentraciones corporales de metilparabeno, conservante utilizado comúnmente en los cosméticos, shampoos y lociones para la piel (disminuyó 44%) y los ftalatos plastificantes de uso común en los esmaltes de uñas y fragancias (disminuyó 27%). El problema particular es que no se mencionan los ftalatos en los ingredientes, ya que están ocultos en la palabra fragancia o perfume, a menos de que la marca especifique que no utiliza fragancias artificiales.
“Técnicas disponibles para los consumidores son, escoger productos de cuidado personal que estén etiquetados como libre de ftalatos, ,etilparabeno y oxibenzona, pueden disminuir drásticamente la exposición personal a estos químicos con potencial para alterar las hormonas,” mencionaron los autores del estudio.
Compañías cosméticas como Arbonne, usan ingredientes basados en plantas. Ellos han estado probando la seguridad de sus productos de manera independiente y utilizan estándares de gobierno global Europeo. La lista de ingredientes “no autorizados” incluyen más de 2,000 sustancias- aún más de las 1,400 vedadas por las leyes de la Unión Europea.
“Todos los productos de Arbone deben tener un puntaje de 100% de aprobación para ser introducido en nuestra línea,” dice la página web de la compañía, el cuál reporta que ellos prueban la seguridad de sus ingredientes a través del CIR, Cosmetic Ingredient Review, (Revisión de Ingredientes Cosméticos) y del grupo de vigilancia PCPC.
Otras marcas que no utilizan metilparabeno ni fralato son Tata Harper, Dr. Hauschka, Aveda, and Acure. (Al contrario de Pantene, Suave, Dove, Oil of Olay, Aveeno, Lubriderm, y Neutrogena, todos venden productos formulados con estos dos ingredientes.)
La nueva advertencia de considerar más cuidadosamente el efecto de los químicos en los consumidores tienen beneficios de largo alcance en el medio ambiente de igual manera, similar a los recientes movimientos para deshacerse de los productos de cuidado personal de microperlas. Los disruptores endocrinos que fluyen en los cursos de agua se sospecha que causan malformaciones en los sapos y las mutaciones en los peces, dicen los científicos de la EPA.
Debido a que toda la familia usan un sin número de éstos productos, que contienen ingredientes dañinos diariamente, vale tu tiempo -y el del U.S. Congreso- que se investigue la seguridad de la industria cosmética.
Traducido al español por Aletheia Jurado
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